martes, 16 de abril de 2013

Miedos

No hay comentarios:
 
Los miedos siempre nos han acompañado. No es algo surgido en el siglo XXI, ni que acabará en 2020.
Nos acompañan desde pequeños, en nuestra madurez y en la vejez. Miedo a la oscuridad, al coco-que-viene-y-te-comerá, a crecer demasiado rápido, a lo raro, a lo desconocido, a envejecer, a quedarse solo o a morir.
Hay veces que los miedos se transmiten, como si fueran hereditarios, como el miedo a las arañas o los señores de grandes barbas.
Otras, los miedos, surgen como pequeñas setas, invadiendo los cuerpos como los verdes campos, dejando a las personas con un padecer inmenso y un capacidad nula de reacción.
Yo misma, me di cuenta de mis miedos en un mes de abril. Llevaba detrás de ellos como un buen detective y su perro sabueso, olisqueando las pistas sin ser vista.
Y un día, por fin, saqué a relucir mis conclusiones, las que se hallaban escritas desde hace tiempo, pero que el propio miedo supremo había escondido bajo una contraseña de 20 caracteres, símbolos, mayúsculas y números.
Y el día que lo leí, como si fuera el Santo Grial, me hice una promesa de estas que se hacen a principio de año, pero que yo hago en abril (porque dicen que los propósitos nunca se cumplen):

"Querido Señor Miedo Absurdo: 
Hemos tenido una larga relación, pero los dos sabíamos que un día debía acabar. Que no era buena para ninguno de los dos, porque usted tiene más gente a la que asustar sin sentido, y a mi ya me ha tocado aguantarle bastante tiempo. Y porque si después de toda nuestra larga relación me ha cogido un poco de cariño, entenderá que quiero rehacer mi vida con otro tipo de sentimientos más afines a mi. Espero que su recuerdo, afiancé más si cabe mis sentimientos hacía A.
Un saludo 
Miss H."

Y así fue como nos despedimos para siempre jamás. Dejándole aparcado en el olvido, porque el Señor Miedo Absurdo, puede llegar a un egocentrismo tal, que lo que uno tiene alrededor, se desvanece en pequeños pedazos que corten tanto como el vidrio afilado.

Porque hay veces que necesitamos a alguien que nos ayude a quitarnos la venda de los ojos y que nos ayude a saltar al vacío, pero siempre que nuestros ojos puedan ver el espectáculo de nuestro alrededor. El sentimiento de la felicidad que apartó al miedo de mi vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Has llegado hasta aquí porque tienes algo que decir? Pues ya sabes, puedes publicar un comentario aquí mismo sobre el tema de la entrada, sobre el blog en general, alguna sugerencia o lo que te apetezca aunque no tenga nada que ver...

Como tu Quieras!

 
© 2012. Design by Main-Blogger - Blogger Template and Blogging Stuff