Navideñismo

Cenas que más parecen comidas. Comidas en las que parece en las que se vaya a acabar el mundo. Engullir es la palabra. Juntarse para zamparse lo que venga por delante.
Cena en el colegio mayor, cena pagada por el colegio mayor, cumpleaños (2), cena con la antigua clase, cena de nochebuena, comida de navidad, cena de nochevieja (y demás días en la casa rural), comida de Reyes, y espérate que aún me espero otra... después de todo.
Aún no han empezado la mayoría, y no quiero que lleguen... horror.
Cuantos "cuanto tiempo", besos pegajosos, abrazos interminables, risas descontroladas... y una visión algo gorda y ancha de la persona "querida".
Ayer tuve la cena con "mi antigua clase" y pienso... ¿Enserio llegué a formar parte de ellos? ¿De sus risas desencajadas, de sus ansias por compartir lo ya compartido, de formar parte de algo de lo que yo ya me siento más que lejana. Mi vida ya no forma parte de la suya, y ellos ya no forman parte de la mía. Siento decirlo pero es así.
En tres meses y medio que llevo en Alcoy sólo los he visto dos veces. El "ya te llamaré", "te echo de menos" siempre quedan bien, pero no siempre es la verdad.
Si quieres a alguien de verdad, o por lo menos te importa, harías lo que fuera por mantenerte en contacto con ella, y más viviendo en la era que vivimos, con teléfonos, mensajería instantánea, móviles, redes sociales o SMS... Si aún así se pone la excusa de que no puedes contactar conmigo, hay dos opciones: 1. o eres anti-tecnología o 2. no sabes que decir.
Y le veo más papeletas a lo segundo.

Que bonita es la Navidad... y que irreal es.