Me apetecen tantas cosas. Me apetece no hacer nada.
Me pasaría el día de mañana sin parar, al igual que no me importaría pararme todo el día en la cama a descansar.
Me apetece dibujar durante horas tumbada en la cama mientras fuera hace mucho frío y llueve sin parar.
Me apetece coger un tren e irme rumbo a ningún sitio, o a todos a la vez... o a uno en particular. Quiero conocer Amsterdam y Londres. Perderme en Irlanda. Volver a ver Barcelona. Callejear por los rincones de Valencia.
Escribir una novela inspirada en mis microrrelatos mientras pienso lo autobiográfico que me está quedando.
Quedarme dormida mientras suena en mi cabeza "How can I go on..." o el "Impromptu" del concierto de Wimbley del '86.
Coger una réflex y hacer fotos a cada rincón de mi mundo, a cada segundo de mi vida. No quiero olvidarme de nada.
Llorar por nada, reír por todo.
Ver a quién hace tiempo que no veo. Ver a quienes no me canso de ver. Ver a la persona que más desearía ver desde hace 18 años.
Recordar con ellas nuestros quince años juntas. Recordarles lo que olvidaron. Que ellas me recuerden a mí. Volver a ser niñas otra vez.
Irme toda una tarde al cine. Tragarme una peli de amor. Llegar a mi casa y ponerme a ver "APM?". Comer palomitas de la caja de B.
Salir por la noche y que la lluvia moje mi pelo, que se confundan las lágrimas de mi rostro con las gotas de lluvia.
Comer un helado de Cookies and Cream de Häagen Dazs. Hacer albóndigas.
Terminar de leer Pálida como la luna.
Que lleguen fallas. Oler a pólvora. Oír la música de Els pavesos. Disfrutar por primera vez de los moros y cristianos de Alcoy.
Volver a Gandía. Coger más conchas. Que la arena me acaricie los pies. Sentir el agua fría del mar.
Oír el agua de un río. Pasear por un bosque.
Olvidarme de que existen los ordenadores, la televisión y la radio. Taparme hasta las cejas con mil mantas.
Perdernos como hacemos siempre.
Acurrucarme y saber que no me pasará nada si estoy allí con él.
Que mi cabeza se hunda cuando me apoyo y cierro los ojos. Decir adiós a lo demás.

Evadirme de todo esto... de todo el lío en el que me encuentro.

Creo que la decepción llegó el día 6 de enero. A dos horas del momento "O". Creo que no me lo esperaba. Para nada.

Lo tuve en mi mente mucho antes de tenerlo. Suena tal vez algo friki, que soñara con poderlo tener entre mis manos desde años atrás.

La gente que me conoce siempre me oía decir "Lo tendré cuando sea rica y poderosa". Eso, y un traje de fallera rosa. Y llegó esto. ¿Demasiado pronto? Quizás.

Al principio todo bien, pero después de perdonarle una y otra vez... de decir, seguro que es que yo hago algo mal, supe que era la única que intentaba engañarse a sí misma. Teniendo algo que no funcionaba desde el primer día, y sin resolver el maldito problema que me afloraba desde hace ya unos cuantos meses atrás. Por ese problema, decidí tenerlo. Adelantarme a cuando fuera rica y poderosa.

Y salió mal... y no miento si digo que me está doliendo quitarle todas mis cosas, que me dolerá meterlo esta noche en una caja, y despedirme de él para siempre. No miento, si digo, que al principio le echaré de menos, pero después de contar mi discurso por tercera vez (esta vez a mi bro) y teniendo claro que habrá una cuarta vez (al señor P. de padre), creo que cada vez estoy más convencida.

En cierto modo me acordé de la Sra. G.D.C. que aunque yo pensaba que le temblaría la voz el día que les dijese a los de la EPSA que dieran de baja su matrícula y no lo hizo... creo que a mí me ha pasado lo mismo.

Lo pasé mal la vez que se lo dije a la Sra. M de madre, pero con el Sr. C y con el Sr. B de bro... ya fue diferente.

Supongo, que como dice mi madre... tendré que pensar en un nuevo regalo de Reyes... sabiendo que mi regalo ideal, está de nuevo en el Corte Inglés, a la espera de una nueva ilusión, que quizás acabe como la mía... Sin saber si algún día volverás a mis manos, o es todo un mero espejismo.

oh my iMac... por ser la primera y última entrada en este blog que hago contigo.